¡Buenas tardes, maestro/as!
Hoy os traigo un tema complicado de tratar que, desgraciadamente, está muy presente en nuestras aulas: el acoso escolar infantil o también, conocido como bullying.
Este problema social - educativo es muy complicado de tratar por varios aspectos que influyen de manera indirecta o directa a nuestros estudiantes como los tipos de acoso que se pueden dar desde el agresor/ los agresores a la víctima/ a las víctimas (cyberbullying, acoso social, acoso físico, acoso mental) o la actitud que toma el entorno (familia, instituciones educativas, docentes, personas cercanas de ambas partes, entre otras) en la detección, tratamiento y resolución del conflicto, entre otros. Por ello, los docentes tenemos en nuestras manos el visualizar, solucionar y frenar este problema que de manera indirecta o directa afecta a nuestro alumnado. Por ello, os planteo una pregunta a modo de reflexión: ¿Vosotros lo habéis vivido o presenciado alguna vez a lo largo de vuestra vida personal o académica? ¿Qué habéis hecho para enfrentaros a dicha situación y cómo os habéis sentido?
Muchos de nosotros hemos sufrido acoso tanto físico (Indirecta) como verbal; Todos comenzamos a reírle la gracia al compañero de turno (futuro agresor) -al menos, es cómo empecé yo- y terminamos con motes, risas y burlas que hacen que poco a poco nos sintamos más pequeños e indefensos. Por suerte, el acoso escolar que sufrí no llegó a más - lo sufrí casi un año - y , después de pensarlo y repensarlo, me “armé” de valor y se lo conté a mis padres. Gracias a esto, pude salir de ese laberinto -no se lo recomiendo a nadie- y vivir en paz conmigo misma y con mi alrededor.
De esa experiencia saco valentía, esfuerzo y constancia. En otras palabras, estos valores, como la escucha activa, la empatía, etc en ese momento, me llegaron a demostrar de lo que era capaz y dejarte guiar por las personas que tienes a tu alrededor a pesar de que estemos pasando un mal momento.
¡Nos vemos muy pronto!
Mónica Aguilar Castellanos.
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